August 8, 2017

Cortando los hilos

A todos los titiriteros que hacen del universo, su propio circo. A los que convirtieron muñequitos en personas o vice versa....
Titiritero ególatra,
narcisista, omnipotente.
Eliges tus muñequitos
y los haces trabajar.


Atas los hilos con cuidado.
Los primeros, al cerebro,
los más suaves, al corazón.
Manipulas sin mezclar.

Te diviertes, te ríes.
Pisoteas la dignidad.
Mueves con avidez tus manos,
para hacerlos funcionar.

No actúas directamente,
te gusta parecer espectro,
obsesión del inconsciente.
Así te haces nombrar.

¿A quién canta la sirena?
Te atreves a preguntar.
Si tu manejas los hilos
¿Qué pretendes confirmar?

Un pequeño descuido,
te generó enredo de hilos,
de la cabeza o del corazón.
Fue extraña esta función.

Saboreaste el gusto.
La confusión te provocó.
Pediste continuar, porque
tu decides cuando parar.

Error titiritero y garrafal.
Cual cuento de Collodi,
los muñequitos toman vida,
al amar, mentir, soñar.

Un día reapareces,
pero, nada es igual,
cortaron todos los hilos,
y aprendieron a engañar.

Sobrepasan al maestro,
saben como funcionar.
Te llevan la ventaja,
de haber sufrido más.

¿A quién canta la sirena?
Al maestro del espectro,
al inconsciente, al irreal.
Al que manipula la verdad.
Desde aquel día de los muñequitos cuelgan hilos de diferente textura y color. Los arrastran, se enredan con ellos. Decidieron no quitarlos del todo, así recuerdan que hubo un tiempo en que estuvieron atados. Ahora sus amores, mentiras y sueños no les son impuestos. Aprendieron a vivir.
Son libres.

1 comment:

Anonymous said...

Conozco un montón de titiriteros y titiriteras. Yo a veces lo he sido.
Pero creo que hay diferencias entre quienes lo son inconscientemente y entre quienes adquieren la experticia para ser los mejores. Estos son los terribles..